Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

II Samuel 7, 15-26

15 pero no apartaré de él mi amor, como lo aparté de Saúl a quien
quité de delante de mí.

16 Tu casa y tu reino permanecerán para siempre ante mí; tu trono
estará firme, eternamente.»

17 Natán habló a David según todas estas palabras y esta visión.

18 El rey David entró, y se sentó ante Yahveh y dijo: «¿Quien soy yo,
señor mío Yahveh, y qué mi casa, que me has traído hasta aquí?

19 Y aun esto es poco a tus ojos, señor mío, Yahveh que hablas
también a la casa de tu siervo para el futuro lejano... Señor Yahveh.


20 ¿Qué más podrá David añadir a estas palabras? Tú me tienes
conocido, Señor Yahveh.

21 Has realizado todas estas grandes cosas según tu palabra y tu
corazón, par dárselo a conocer a tu siervo.

22 Por eso eres grande, mi Señor Yahveh; nadie como tú, no hay Dios
fuera de ti, como oyeron nuestros oídos.

23 ¿Qué otro pueblo hay en la tierra como tu pueblo Israel a quien un
dios haya ido a rescatar para hacerle su pueblo, dándole renombre y
haciendo en su favor grandes y terribles cosas, expulsando de delante de tu
pueblo, al que rescataste de Egipto, a naciones y dioses extraños?

24 Tú te has constituido a tu pueblo Israel para que sea tu pueblo para
siempre, y tú, Yahveh, eres su Dios.

25 Y ahora, Yahveh Dios, mantén firme eternamente la palabra que
has dirigido a tu siervo y a su casa y haz según tu palabra.

26 Sea tu nombre por siempre engrandecido; que se diga: Yahveh
Sebaot es Dios de Israel; y que la casa de tu siervo David subsista en tu
presencia,